Garantizar al consumidor el beneficio que aporta un producto cosmético, conlleva una serie de comprobaciones previas al lanzamiento del producto al mercado.
Tras la prohibición de la experimentación animal en el desarrollo de productos cosméticos (marzo 2013), alternativas como las líneas celulares han ganado popularidad y se vienen empleando como alternativa para conocer la funcionalidad de las nuevas fórmulas.
En el caso de productos nutricosméticos, a través del digestor dinámico in vitro es fácil conocer la biodisponibilidad y cuan efectivos pueden ser los ingredientes empleados.
Para solicitar alegaciones al organismo competente relacionadas con la funcionalidad de un producto cosmético, es necesario presentar evidencias de los efectos de dicha funcionalidad.