Las proteínas son imprescindibles para una nutrición completa. La OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda que las mujeres adultas consuman alrededor de 48 g de proteína al día y los hombres adultos sobre 56 g. Por debajo de estos niveles podemos considerar que se produce malnutrición y por tanto estados carenciales con consecuencias para la salud.
La carencia de proteínas en la dieta humana esté estrechamente relacionada con los problemas disfuncionales y de rendimiento del cuerpo, pero también lo está con enfermedades que hasta el momento no se habían relacionado directamente con la falta de proteínas. Este es el caso de la obesidad y la diabetes tipo 2.
Poco a poco el consumidor es cada vez más consciente de la importancia de las proteínas como componente biológico esencial, como nutrientes con su papel estrechamente relacionados con el rendimiento y el estado físico.
La prestigiosa consultora Mintel en un webinar titulado “Protein- The next big thing?” explicaba qué aspectos son los que realmente preocupan al consumidor en relación con la proteínas.
La consultora apuntaba que en el futuro próximo las tendencias y preferencias del consumidor irán mayormente enfocadas a:
Cada vez nos mostramos más preocupado en el contenido de proteína de los alimentos y las bebidas, dejando de ser una preocupación exclusiva de deportistas y atletas y extendiéndose al resto de la población. Según Mintel, seis de cada diez estadounidenses consideran el contenido de proteína de los alimentos para la toma de decisiones respecto a su selección y compra.
Por otro lado, el consumidor muestra cierta inquietud ante las proteínas de origen animal. Algunos estudios realizados en Estados Unidos al respecto indican que el 39% de la población está tratando de reducir sus consumos de carnes rojas al intentar comer más sano.
La proteína de origen animal ha sido una fuente fundamental de proteínas que continúa siendo explotada y demandada hoy en día. No obstante, la industria alimentaria sigue innovando y para ello busca alternativas en nuevas fuentes de proteínas que amplíen la cadena de suministro en fuentes de origen no animal. Con ello pretenden conseguir:
El tofu ha sido considerado durante mucho tiempo una alternativa a la carne, pero ahora se enfrenta a una dura competencia por parte de otros ingredientes como consecuencia del creciente interés por las nuevas fuentes de proteínas no cárnicas como las proteínas vegetales provenientes de microalgas que se ven como una potente alternativa, la proteínas provenientes del arroz, proteínas derivadas de la Soja como el Tempeh o proteínas obtenidas de productos como el huevo, los guisantes, la nueces o el trigo.
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