En la actualidad, el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades estima que sólo en EEUU se producen cerca de 72 millones de casos de enfermedades transmitidas por los alimentos.
Entre los microorganismos patógenos más comunes están Salmonella spp Campylobacter spp y Listeria monocytogenes,a los que podemos incluir los parásitos y virus. La contaminación de las materias primas se produce mayoritariamente debido a prácticas agrícolas inadecuadas y durante el procesado de los alimentos. Los agentes patógenos pueden encontrar en las superficies de trabajo en contacto con los alimentos el hábitat idóneo y que como consecuencia se produzcan contaminaciones cruzadas. La presencia de agente patógenos en la maquinaria y áreas de trabajo supone un riesgo que los biosensores ayudan a combatir.
Los biosensores son dispositivos analíticos que incorporan un elemento biológico (una enzima, un anticuerpo, una proteína, lectinas,…). Gracias a estos compuestos, los biosensores pueden detectar y cuantificar la existencia determinadas sustancias en ciertos medios. En el caso de la industria alimentaria, identifican y miden parámetros microbiológicos en las superficies en contacto con los alimentos. Los biosensores detectan cambios en las reacciones entre el elemento sensible y el compuesto diana y los traducen en señales eléctricas u ópticas que se pueden medir y que son proporcionales a la concentración del patógeno detectado.
Las potenciales aplicaciones de esta tecnología ya han tenido un desarrollo destacado en el área de la salud y en la actualidad están siendo empleados en agricultura y en la industria alimentaria. Esta última, aprovecha las cualidades técnicas de los biosensores para garantizar la calidad alimentaria, el control de procesos y por supuesto, la seguridad alimentaria.
Las principales responsabilidades en relación a la seguridad alimentaria de los operadores del sector están recogidas en el Reglamento (CE) 852/2004. Dicho reglamento establece los requisitos generales de higiene que deben cumplir las empresas en todas las fases de la cadena alimentaria. Esta norma exige de los operadores la implantación y mantenimiento de un sistema de control de riesgos y puntos críticos. Entre los requerimientos que debe cumplir dicho control está la verificación de su eficacia en relación a la desinfección e higiene de las instalaciones y superficies en contacto con los alimentos.
Hasta el momento, los métodos tradicionales se apoyan en el análisis de laboratorio, dichos análisis requieren personal técnico altamente cualificado y necesitan tiempo (al menos 24 horas de incubación del microorganismo) para aportar resultados. Cuando los resultados son positivos, además, es necesario un nuevo análisis de confirmación, lo que aún retrasa más el proceso.
Con la implementación de los biosensores, podremos evitar estos inconvenientes y aprovechar numerosos beneficios.
Beneficios de la utilización de biosensores para el control de la higiene y desinfección en superficies en contacto con alimentos
Si su empresa está interesada a en aumentar la eficiencia y control de su seguridad alimentaria; o si se dedica a desarrollar soluciones de limpieza y desinfección para la industria alimentaria, cuente con AINIA, podemos ayudarle en el proceso de innovación e I+D para desarrollar soluciones a su medida en la aplicación de los biosensores para dar respuesta a sus necesidades.
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