En un mundo en aceleración constante, a la hora de seleccionar una propuesta formativa es importante identificar si el programa formativo que se ofrece es ajustado en tiempos a la necesidad formativa. A veces, los claims de venta de cursos del tipo “curso gratuito”, “formación subvencionada…” o similares son un elemento de atención crítico. Sea generoso con su tiempo siempre que le aporte valor. Pero sea vigilante también. En el mundo de la multicanalidad y multitarea, el tiempo es uno de los activos más importantes que tenemos.
¿Quién imparte el curso?, ¿cuál es la experiencia y formación del equipo docente?. Si es un tema central en cualquier formación, en aquella formación especializa en I+D+i diríamos que más.
Un buen docente en el ámbito de la I+D+i requiere, por un lado, conocimiento científico y técnico de nivel sobre la materia que imparte (no hay tantos), pero, además, debe tener experiencia de aplicación real de ese conocimiento en el ámbito de la empresa (hay menos). Si la identificación de estos dos elementos juntos ya es compleja, añadir un tercero, básico en cualquier formación, como son habilidades pedagógicas, relacionales, empáticas y comunicativas, reduce mucho el círculo en la selección de buenos profesionales de la formación en innovación.
Por ello, en cualquier programa formativo en I+D+i estudie con detalle el perfil y la calidad de sus docentes. Solicite, incluso, que pueda contrastar con un técnico los enfoques del curso o la materia a impartir.
El conocimiento específico de carácter técnico, pero a la vez práctico, con recursos y materiales bien seleccionados, bien integrados en el programa, y herramientas innovadoras ligadas a las nuevas tecnologías que abren infinitas posibilidades en la transmisión del conocimiento tanto en rapidez como en alcance, son elementos que enriquecen y aportan un valor diferencial a un programa formativo, especialmente en un programa formativo para profesionales de empresa. Si no se detalla, solicite información y preocúpese por conocerlo.
Hoy las posibilidades en formación son inmensas. El valor de un buen servicio en el ámbito de la formación se mide también por la flexibilidad para adaptar la formación a las necesidades concretas de cada alumno: Formación presencial, online, a medida, blended learning…
Pero también atención personalizada, agilidad en la respuesta a sus dudas y preguntas… Todo esto le dará la medida de la preocupación real de la empresa que gestiona la formación por la satisfacción del alumno, su servicio al cliente y su cultura de la calidad.
La formación, cada vez más, ha de ser capaz de generar la interacción entre profesionales, compartiendo experiencias, aportando nuevas metodologías innovadoras, combinando todos los elementos facilitadores para generar un buen clima, necesario para motivar en el aprendizaje.
En definitiva, una formación debe ser mucho más que un cúmulo de información que ahora ya está disponible por otras vías; ha de aportar la parte más empírica, de experiencia, de aplicabilidad y de motivación, porque debe perseguir el objetivo último que es penetrar en las personas hasta provocar cambios reales en sus formas de hacer, pensar y gestionar.
Un proveedor en formación es un apoyo o colaborador en el desarrollo de sus ideas y proyectos. Si lo ve así, entenderá lo importante que es confiar en una empresa consolidada y con demostrada experiencia tanto en la gestión de la formación como en su capacidad técnica. También si dispone de protocolos que garanticen el nivel de calidad del servicio que presta.
Si no tiene referencias previas, pídalas, incluso entre sus contactos profesionales o amigos. Rastree y realice una pequeña vigilancia de su trayectoria profesional. Le aportará datos enriquecedores a la hora de tomar su decisión.
Si ya ha contratado el curso y ejecutado con su proveedor es importante valorar los resultados obtenidos y, cómo aplica los conocimientos adquiridos en el puesto de trabajo de cara a futuras necesidades.
Si ha llegado hasta aquí, habrá observado que nos falta la variable precio. A nosotros nos gusta más reflexionar sobre el valor. El valor amplía el ámbito de visión y armoniza el criterio tangible desde la visión integral de todos los aspectos de la formación.
Cuando un programa formativo se analiza desde estos siete puntos, a veces descubrimos la gran paradoja: Ofertas formativas que se basan exclusivamente en el precio, sin tener en cuenta los seis elementos anteriores, terminan generando un coste para los profesionales, si se miden desde la ecuación que combina tiempo dedicado y aporte de valor final para el alumno.
En Investigación, Desarrollo Tecnológico e Innovación todo avanza de modo permanente, como también debe hacerlo la formación en estas materias. En este recorrido es en el que AINIA acompaña a los profesionales y las empresas.
¿Y Ud., añadiría algún aspecto más a esta lista?
AINIA (1423 artículos)