AINIA / 26 Marzo 2014

El ‘abc’ de la seguridad alimentaria: 10 consejos para el uso doméstico

Alcanzar los máximos niveles de seguridad alimentaria e higiene es una responsabilidad de todos los que intervenimos en la cadena alimentaria. Las medidas de prevención y de higiene, los análisis para el control de los alimentos y las buenas prácticas en el consumo, son las principales claves para garantizar la calidad de lo que comemos. ¿Te interesa saber qué podemos hacer como consumidores?

La mejor garantía para evitar la aparición de peligros relacionados con la alimentación es considerar de manera integral la cadena alimentaria en su conjunto: desde la materia prima y la producción hasta el consumo final, tal y como dispone el Libro Blanco de la Seguridad alimentaria en la Comisión Europea. En este post abordamos algunos consejos prácticos para asegurar las buenas prácticas en el último eslabón de la cadena, el consumidor.

Seguridad alimentaria y consumidor, tándem imprescindible

De nada sirve todo el esfuerzo si en el último momento los consumidores emprendemos malas prácticas o prácticas inadecuadas. Por eso te dejamos aquí un:

 Decálogo de consejos prácticos para asegurar la calidad de los alimentos.

 
1. Exige información, seguridad e higiene en los alimentos frescos y envasados que vas a consumir comprando en establecimientos de confianza.

2. La etiqueta es una garantía de seguridad: Sigue las recomendaciones de conservación y uso que marca el envase.
3. Compra alimentos que garantizan su identificación y control desde el origen.
4. No rompas la cadena de frío, especialmente en los alimentos congelados.
5. La congelación en casa ha de realizarse a temperaturas inferiores a -18º, por lo que para ello, tu equipo ha de tener al menos 3 estrellas. La temperatura de la refrigeración se recomienda que esté entre 4º y 0º para una conservación de entre 1 y 3 días, 8º para mantener un alimento en torno a las 24 horas. Se recomienda no almacenar los productos frescos en el congelador más de 3 meses.
6. Evita las contaminaciones cruzadas, separando alimentos crudos de los cocinados.
7. Conserva los alimentos con materiales y envases de uso alimentario. La descongelación a temperatura ambiente tiene más riesgos porque permite que se desarrollen bacterias más rápidamente.
8. Extrema la higiene de manos y utensilios (cuchillos, tablas de cortar,etc) con los que vas a cocinar, especialmente después de manipular carne cruda, de aves de corral o huevos.
9. El calor del cocinado destruye los gérmenes a partir de 65º, si bien cuanto mayor es la temperatura alcanzada, más efectiva es la destrucción, por eso se  recomienda cocinar los alimentos suficientemente.
10. Elige establecimientos que garantizan la manipulación de los alimentos, tanto en su preparación como en su conservación.


 Y tú, ¿añadirías alguno más?

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