Según un reciente estudio publicado por MAGRAMA casi un 21% de los consumidores, consume productos fuera de la fecha de caducidad si no ha pasado mucho tiempo desde la misma. Por lo que el consumidor decide por sí mismo si un producto es apto o no para el consumo en función de su percepción sensorial. Por ello su opinión es tan importante a la hora de estimar la vida útil sensorial de un producto y hay metodologías sensoriales para ello, ¿quieres conocerlas?
Los profesionales de la industria alimentaria saben que la percepción sensorial de un producto puede convertirse en el elemento de fidelización del producto o de su rechazo en el lineal.
No sólo los aspectos microbiológicos de un alimento influyen en la determinación de la vida útil de un alimento para el consumidor. Los aspectos sensoriales, como que un alimento sepa bien, que tenga un buen color, un buen sabor…, son los que van a determinar si un producto es aceptado o rechazado por los consumidores en el carro de la compra.
En la actualidad, cada fabricante establece las fechas de consumo en función de las características de sus productos. Ante esta situación, encontrar un equilibrio entre las características microbiológicas y sensoriales del producto a lo largo del tiempo es complejo. Incluso en un mismo alimento con diferentes fechas de caducidad puede ser aceptado o rechazado dependiendo de cada persona y de sus gustos, preferencias o hábitos.
Hay herramientas, de análisis sensorial, muy útiles al servicio de los profesionales que proporcionen información real de la opinión de los consumidores.
En ainia, nuestro centro dedicado a la investigación y estudio de las preferencias de consumo, hemos puesto a punto el “método de supervivencia”, una metodología que permite a los fabricantes estimar el momento de la vida útil a partir del cual su producto podría se rechazado por el consumidor.
Se trata de un conjunto de procedimientos estadísticos con el que se analizan los datos obtenidos en un test sensorial de cata de productos reales con consumidores. En este test se comparan varias muestras, una muestra del producto recién fabricado y otras muestras almacenadas a lo largo del tiempo, en diferentes períodos.Este método estima el porcentaje de rechazo de los consumidores según el tiempo de almacenamiento del producto.
Este método se basa fundamentalmente, en conocer la actitud del consumidor hacia el producto, haciendo un test sensorial sobre si consumiría o no el producto. Para ello, sólo se requiere disponer de muestras almacenadas a lo largo del tiempo y muestras recién fabricadas de un mismo producto.
Con estos estudios sensoriales las empresas aseguran que la vida útil estimada está acorde con los parámetros de calidad percibidos por el consumidor como claves en los productos, evitando posibles rechazos y cumpliendo con lo que el consumir espera encontrar en el punto de venta.
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