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AINIA / 10 Noviembre 2011

El Parlamento Europeo contra el ‘despilfarro de alimentos’

Plato con sobras de alimentosEn la actualidad, se calcula que cerca de 89 millones de toneladas de alimentos en buen estado  se desperdician, esto es,  unos 179 kg por persona al año. Hasta el 50% de los alimentos sanos y comestibles se convierten en residuos a lo largo de la cadena alimentaria. Estas cifras facilitadas por la Comisión del Parlamento Europeo encierran no sólo su preocupación en clave ética al considerar que tan sólo en la Unión Europea más de 79 millones de personas viven aún por debajo del umbral de pobreza, sino también en clave de ahorro energético, mejora nutricional y eficiencia económica. Esta situación explica la petición por parte de la Comisión Europea de proclamar 2013 como el Año Europeo contra el Despilfarro de Alimentos.

La calidad y seguridad de los alimentos es desde hace décadas una cuestión de suma importancia para consumidores, industria e instituciones. Sin embargo, en estos últimos meses, y teniendo en cuenta los datos de pobreza registrados en un continente tan desarrollado como es Europa, la Comisión ha puesto de relieve el despilfarro de alimentos como un asunto a abordar en la próxima sesión del 12 de diciembre.

En el marco de la creación de nuevas estrategias  para “evitar el despilfarro de alimentos”,  el pasado 29 de agosto de 2011, por parte de la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural del Parlamento Europeo se publicaba un Proyecto Informe. En él se analiza  la situación con todos los sectores alimentarios, en aras de disminuir la cantidad de desperdicio de alimentos y optimizar el envasado de los productos sin comprometer la seguridad para los consumidores. El desperdicio de los alimentos se da en todas las fases propias de la cadena alimentaria desde la producción hasta su consumo,  pasando por la manufacturación, su comercialización, e incluyendo los servicios de restauración.

"Fecha de caducidad" vs fecha de "consumo preferente"

Son varias las medidas de impulso que destaca el Informe de la Comisión. Por una parte, una de las más específicas que aborda el documento, -que posiblemente más efecto directo e inmediato tenga sobre la industria, y que en los últimos tiempos más impacto ha tenido -, es el del doble etiquetado de la fecha de caducidad (comercial y de consumo) como factor directo de despilfarro. Es decir, diferenciar entre la fecha de caducidad y la fecha de consumo preferente. Mientras que la primera indica que el producto no es adecuado para su consumo una vez superada la fecha -y no debe ingerirse bajo ningún concepto-, la segunda tan sólo hace referencia a un consumo recomendado. Eso quiere decir que hasta esta fecha, el producto mantiene sus propiedades organolépticas de color, olor, sabor, textura…y sin embargo una vez superada, el producto también se puede consumir aunque no conserve intactas estas características de sabor, aroma, etc…Muchas veces ambos términos llevan a confusión lo que conduce a desechar alimentos que podrían ser consumidos sin suponer ningún riesgo de contaminación alimentaria.

El documento pide a la Comisión que evalúe estas medidas estimulando acciones sostenibles como la bajada de precios cuando el producto se acerca su fecha de consumo preferente, pero también medidas tan o más importantes como aquellas que aboguen por la reducción de envases, que eviten el despilfarro en tierras agrícolas, en industria de transformación, en empresas de distribución, y hasta en casa de los consumidores.

Según la Comisión, “cada día, una cantidad considerable de alimentos se gestiona como residuos, a pesar de ser perfectamente consumibles”. Es por ello que la Comisión insiste en la necesidad de que estos sean considerados como “despilfarro” y no como tales “residuos”, insistiendo entonces en la necesidad  de adoptar una estrategia coordinada que incluya a instituciones europeas y nacionales y sus legislaciones para tratar la citada problemática que, en la actualidad, carece de una normativa específica que permita distinguir ambos conceptos, “despilfarro de alimentos” y “residuo alimentario”.

En este sentido, son varias las medidas de impulso que destaca el documento. Primero, poniendo un gran acento en la importancia de la agricultura dentro de estas nuevas estrategias, e instando a la Comisión a que tenga presente estas cuestiones en futuros desarrollos legislativos sobre el sector. Segundo, pidiendo a las instituciones la promoción de iniciativas y acciones de sensibilización sobre el despilfarro de alimentos, impulsando una cultura empresarial y social orientada a la sostenibilidad.

Desde el departamento de legislación de ainia centro tecnológico  se está siguiendo muy de cerca la presente proposición estratégica de las instituciones, así como de todos los Proyectos Normativos presentes y futuros que se desarrollen en consecuencia para dar apoyo a las empresas en la orientación de qué medidas adoptar para cumplir con los compromisos que marque la Comisión para 2013. Así lo hace ainia  en éstas y otras decisiones institucionales europeas para dar a conocer a las empresas del sector cómo pueden verse afectadas. Asimismo, ainia centro tecnológico lleva años trabajando en el reaprovechamiento de subproductos y la gestión de residuos para dar soluciones rentables y sostenibles a la industria del sector agroalimentario y afines.

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Fuente de la fotografía: wilham_kienen (web site www.4shared.com)

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