La barrera del envase viene condicionada por las características del alimento que contiene. Las exigencias son distintas si se trata de envasar un plato preparado o de un alimento fresco; una conserva o un producto semielaborado refrigerado. Tecnología y materiales deben estar al servicio del producto y con el enfoque centrado en el usuario final: El consumidor. En el artículo aportamos claves para los profesionales de industrias alimentarias para la correcta elección del packaging de sus alimentos.
El sector del envase plástico alimentario mantiene un dinamismo constante y casi todos los estudios señalan que está en una etapa de crecimiento por lo menos hasta 2020. En esta etapa, las innovaciones y desarrollos tecnológicos son constantes y vienen de la mano de multinacionales que ofrecen soluciones finalistas en un entorno global, a la vez que de algunos focos muy interesantes de fabricantes de envases nacionales, que están despuntando en un sector tremendamente dinámico, en constante cambio y proceso de concentración.
El desarrollo tecnológico y la innovación en el packaging de alimentos vienen condicionados por múltiples factores, todos ellos interrelacionados:
- El avance del sector de platos preparados y refrigerados y su previsible potencial de crecimiento en los próximos años;
- La irrupción de lo fresco en los lineales;
- La lucha contra el desperdicio de alimentos por parte de distribución y fabricantes, impulsados por la Administración y sectores cada vez más amplios de opinión pública de sociedades avanzadas;
- La demanda de envases “bio” y la concienciación medioambiental;
- La necesaria adecuación de procesos de envasado, envase y logística en un mercado global, con demandas constantes de mejoras de vida útil y seguridad alimentaria del producto;
- El deseo de practicidad y conveniencia en una población que cada vez cocina menos en casa, combina la alimentación con otras tareas y se hace mayor…
Los envases barrera, combinados con sistemas de envasado, son una de las soluciones tecnológicas más completas para dar respuesta al complejo mundo de prestaciones que los usuarios de los envases (operador logístico, distribuidor, consumidor, gestor de residuos…) exigen hoy al fabricante.
Algunos incluso pronostican que las disrupciones de innovación en el sector vendrán por las innovaciones y avances en materiales barrera combinados.
La importancia de los envases barrera
Las condiciones con que el alimento llega al consumidor, así como su vida útil dependen, en gran medida, de la atmósfera del interior de los envases. Por ello, las últimas tendencias en investigación se dirigen a avanzar en el envase barrera, ya que protege al producto de factores externos como la luz, la humedad o el oxígeno, logrando retrasar su deterioro al margen de la utilización de aditivos.
Dada su importancia, AINIA realizó en 2015 un especial de envases barrera donde recogía los principales avances mundiales en esta línea y en la actualidad está ultimando una nueva actualización con más de 50 firmas expertas autorizadas.
A pesar de su importancia creciente, insistimos una vez más que los envases deben adecuarse siempre al producto que contienen. Sobre este punto pivota nuestro análisis de hoy, poniendo ejemplos para que cada profesional reflexione sobre si en su producto y en relación con sus condiciones de envasado, comercialización, distribución, etc, requiere o no un envase barrera.
Los envases barrera ¿son necesarios siempre?
Las exigencias barrera de un plato preparado, estable a temperatura ambiente, son muy superiores a las de cualquier otro alimento. Esto viene condicionado por la vida útil prolongada que se espera para este tipo de platos preparados, generalmente en una horquilla de entre uno y dos años.
Por el contrario, un producto fresco cuya vida útil media oscila entre los doce y quince días; o un producto refrigerado, con vida útil de entre sesenta y noventa días, las condiciones barrera de sus envases son muy distintas. Estos dos últimos (productos frescos y refrigerados), además, se encuentran en el lineal en cámaras frigoríficas y por lo tanto en condiciones de refrigeración adecuadas, que ralentizan el intercambio de gases entre el interior del envase y el exterior.
Teniendo en cuenta lo anterior, los expertos en envase y seguridad alimentaria coinciden en señalar que un alimento con una vida útil reducida, almacenado en refrigeración, es muy difícil que requiera un envase barrera completo.
Dicho de otra manera, la barrera podrá aumentar muy poco su vida útil y su vida comercial. Sin embargo, ocurren situaciones distintas si hablamos de conservas y platos preparados u otros alimentos con vidas mucho más largas y cuyo almacenamiento y conservación se realiza en condiciones ambiente.
Envases barrera: Tecnología y materiales adaptados al alimento
El escenario de soluciones barrera ha ido evolucionando en los últimos años y hoy podemos señalar que en la actualidad se articula del siguiente modo:
- Desde un punto de vista de protección frente a los gases, los materiales se clasifican en alta, media y baja barrera.
- Materiales barrera son aquellos en cuya estructura participa el EVOH, PVdC, SiOx, AlOx o los metalizados con aluminio.
- En la media barrera se encuentra el PET y las poliamidas.
En la batalla por la competitividad en el fresco y en productos semielaborados, algunos fabricantes están evolucionando desde el EVOH (elevados costes) al PET con media barrera, obteniendo resultados similares en vida útil y conservación del alimento, pero con un importante ahorro de costes. También los envases PET monomaterial marcan tendencia en el mercado del envase alimentario, más si los relacionamos con la gestión de sus residuos y por tanto con una visión integral del ciclo de vida del envase.
Al final, la clave está en un análisis previo integral de nuestras necesidades como fabricante y las de nuestro producto, y a partir de ahí el análisis del mejor envase a utilizar. El tema no es baladí, en la medida en que estamos en un sector, la alimentación, con márgenes bajos por producto y donde priman las economías de escala. En función de cómo orientemos la variable coste (en este caso, la del coste del envase) el margen y la rentabilidad puede verse condicionada.
Packaging de alimentos: La relación entre materiales barrera, vida útil y costes de producción condiciona la batalla por la competitividad y la diferenciación
Porque es aquí, en los costes, donde se libra una de las batallas más importantes en el envase de alimentos. Ante similares aportes de valor (consecución de vida útil, diferenciación en el lineal, etc), una reducción de dos céntimos en el envase genera un importante ahorro. Veámoslo con un ejemplo:
En el supuesto de una empresa que fabrique un millón de unidades al año de un producto, una variación de dos céntimos por envase significa un ahorro de 20.000 euros/año. Si tenemos en cuenta, además, que ese producto formará parte de una gama completa de un mínimo de cinco referencias, los 20.000 euros de ahorro por producto, multiplicado por los cinco productos de la gama, suponen un ahorro anual por gama de producto de 100.000 euros.
Así pues, racionalizar la tecnología y la innovación en función de las necesidades reales de nuestro producto y empresa es la clave.
En AINIA somos especialistas en el estudio de la interacción envase-producto. Pero, además, trabajamos intensamente con los fabricantes de envases y sistemas de envasado para que adapten sus desarrollos a las necesidades específicas de la industria agroalimentaria, que conocemos ampliamente por nuestra experiencia de casi 30 años aportándole valor con I+D+i.
Si quiere conocer qué materiales y propiedades barrera son las más óptimas para su producto y las necesidades que debe dar respuesta su envase en su cadena de valor, contáctenos, podemos ayudarle.
A la vez, si quiere conocer las últimas tendencias en envases barrera, puede acceder a la guía de materiales barrera, con más de 50 expertos de las principales compañías y firmas reconocidas.