La industria alimentaria mantiene en su compromiso por elevar los estándares de seguridad alimentaria en respuesta tanto a la demanda de los consumidores, como a las exigencias por parte de las autoridades en esta materia. Por ello, desde AINIA apoyamos a la industria a través del diseño de planes formativos que den respuesta a las necesidades en materia de seguridad alimentaria.
Te presentamos cuatro actividades formativas que se desarrollarán durante el primer trimestre de 2023 y que seguro te ayudarán en esta materia. Además, puedes aprovechar el beneficio network en actividades formativas ahorrando un 30% en la primera inscripción y un 10% en inscripciones adicionales.
El sistema APPCC (Análisis de peligros y puntos de control crítico) es un proceso sistemático preventivo para garantizar la inocuidad alimentaria, de forma lógica y objetiva. Es un requisito legal obligatorio para el sector alimentario aunque también se aplica en la industria farmacéutica, cosmética y en todo tipo de industrias que fabriquen materiales en contacto con los alimentos.
Una de las mayores prioridades de las empresas agroalimentarias es la obtención de alimentos seguros y por ello debe perseguir la minimización de los riesgos con el fin de garantizar la inocuidad de los productos que comercializa a lo largo de la cadena de distribución.
El objetivo general es la revisión de los actuales riesgos microbiológicos a los que se enfrenta las industrias alimentarias, así como conocer nuevas estrategias para el control y la minimización de dichos riesgos, basados en tratamientos de descontaminación, inhibición microbiana y predicción del riesgo.
Una de las prioridades más importantes de la Unión Europea es garantizar la seguridad alimentaria y la protección de los derechos de los consumidores. La normativa de la Unión Europea se focaliza en el fomento y protección de estas dos prioridades. La ignorancia de la legislación aplicable da lugar a su incumplimiento y quebranta la seguridad alimentaria y los derechos de los consumidores de la UE.
En consecuencia, la correcta transmisión de la información al consumidor contribuye al adecuado cumplimiento de la norma, evita confusiones y errores, minimizando el impacto y el coste económico que tienen los errores e infracciones vinculados con el etiquetado y la información al consumidor, sin olvidar el daño reputacional que puede ocasionar una información incorrecta o confusa sobre los productos alimenticios que se comercializan.
Los más recientes y graves incidentes de seguridad alimentaria poseen un factor humano y se relacionan con las prácticas, actitudes o comportamientos de los empleados, donde las inspecciones reglamentarias, ni los sistemas y procedimientos implantados o la formación impartida a los empleados pueden cambiar este hecho por sí solas.
Por tanto, para alcanzar la seguridad alimentaria y lograr unas prácticas correctas, se debe ir más allá de las políticas o las normas obligatorias establecidas por los estándares de seguridad e higiene alimentaria y adoptar medidas que aumenten la conciencia individual y creen cambios reales de comportamiento. Es decir, implantar una cultura empresarial basada en “la cultura de seguridad alimentaria”.
Ya tienes disponible la oferta formativa 2023. Conoce todos los programas de las actividades formativas que hemos preparado para ti, además por ser socio de AINIA te beneficias de un descuento del 30%.
Sonia Pastor (185 artículos)