Vivimos en un mundo que se transforma a enorme velocidad. Un contexto que impulsa nuevas tendencias y cambios profundos en los drivers de los consumidores en su búsqueda de satisfacer las nuevas necesidades emergentes. Aparecen nuevos modelos de consumidores como los foodies, flexitarianos, digital lovers, amantes de la tecno-cocina, entre otros. En el artículo repasamos estos nuevos nichos de mercado y la aparición de nuevos modelos de consumo.
Resulta de gran importancia prestar atención a grupos minoritarios y a públicos alternativos, ya que están poco explorados y cada vez hay más personas que no se identifican con la mayoría. Por tanto, todas las minorías alternativas forman una mayoría que busca el cambio, muy relacionado con los efectos de la transformación digital que estamos observando.
Si seguimos haciendo las mismas preguntas a las mismas personas, obtendremos el mismo resultado, entonces, ¿cómo vamos a conseguir diferenciarnos?. Estar alineados con los valores que caracterizan al nuevo consumidor implica un cambio profundo al que las compañías deben hacer frente, poniendo especial atención en mejorar la experiencia de consumo.
Una manera muy efectiva de conseguirlo es comprender el consumo en sentido holístico, estudiando al consumidor desde todas las perspectivas, escuchando lo que dice, identificando sus motivaciones más profundas y observando su conducta y estilos de vida. Todo ello analizando el comportamiento del consumidor en su entorno real, con el empleo de técnicas no invasivas, como son los procesos de cocreación.
Ya indicábamos en el artículo Tendencias en el desarrollo de productos de alimentación para 2017 que el concepto “saludable”, en lo relativo a la alimentación, está cambiando. Podemos decir que el consumidor actual ha pasado de curso en cuanto a educación nutricional. Conoce mejor los efectos de los alimentos en su salud y apuesta por lo que se ha venido a llamar una nutrición positiva que vincula conceptos como lo natural, lo vegetal y lo orgánico.
Como decimos, la aproximación al nuevo concepto de alimentación saludable pasa por lo natural, con productos que no incluyen conservantes, ni colorantes artificiales y que incluyen un menor contenido en azúcar. Llevado al extremo, esta tendencia está provocando la aparición de un consumidor que da culto a la comida sana. Este consumidor dedica gran parte de su tiempo a planificar sus dietas o incluso puede llegar a desplazarse para conseguir los alimentos menos procesados.
El aumento de los consumidores que apuestan por la adopción de las dietas “veggie” es otra consecuencia de la evolución del concepto saludable. Como decíamos en el artículo Vegetariano, vegano, flexitariano… los vegetales son tendencia en el desarrollo de nuevos productos, mientras que los flexitarianos, que aún consumen carne, priorizan en sus dietas productos vegetales; los vegetarianos la sustituyen completamente y los veganos eliminan de la dieta cualquier producto de procedencia animal. Todos basan su alimentación en el consumo de frutas y verduras y prefieren la obtención de proteínas de productos vegetales como legumbres y frutos secos.
Al mismo tiempo, los consumidores relacionan la comida sana con lo artesano, lo tradicional y por una vuelta a los orígenes. Esta tendencia, además de referirse a los métodos de cocinado se extiende en un consumidor que apuesta por cultivar sus propios vegetales. Se redefine la forma de consumo en los hogares.
El consumo directo en hogares, la apuesta por la sostenibilidad y la tecno-cocina
El consumidor ha optado por poner manos a la obra y comienza con el cultivo de los alimentos que va a comer. Este es el caso de los growsumers.
Como afirma el informe Lantern, los growsumers son urbanitas que huyen de los productos industriales procesados y encuentran en las nuevas tecnologías un gran aliado para cultivar sus propios alimentos en su hogar.
Este tipo de consumidor, además de comer más sano, está interesado en el consumo de productos más sostenibles. Prefieren productos de alimentación que sean respetuosos con el medio ambiente, económicamente asequibles y sanos. Ahora, no sólo son importantes valores como el sabor y el precio, sino también que los alimentos que comemos contribuyan al mantenimiento del medio ambiente y la reducción del desperdicio.
Por otro lado, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que la cocina es tendencia, lo que está potenciando el auge del DIY, acrónimo de Do It Yourself.
Como decíamos en el artículo Kits de ingredientes, una tendencia al alza, esta tendencia se encuentra a mitad de camino entre la comida a domicilio y el cocinado tradicional. El papel de la industria alimentaria pasa por proporcionar ingredientes que permitan al consumidor terminar el cocinado en el hogar. Buen ejemplo de ello son los “cooking kits” que se sustentan en la idea de que cualquiera, sin necesidad de experiencia en la cocina, es capaz de preparar algo sabroso y saludable siguiendo unos sencillos pasos.
También en esta ocasión, el consumidor recurre al desarrollo tecnológico y adopta en su hogar nuevos electrodomésticos que le permiten terminar el cocinado en casa. El Internet de las cosas, poco a poco conquista las cocinas, conectando los electrodomésticos entre sí y estos, con el consumidor. A este respecto, las impresoras 3D podrían pronto encontrarse en los hogares.
La tecno-cocina, que es el nombre que recibe esta tendencia, está además íntimamente ligada al desarrollo de nuevos envases que facilitan el cocinado. Sobre ellos hablamos en el artículo: «Envases que facilitan el cocinado al vacío de productos cárnicos, tendencia en el sector de platos preparados».
La digitalización de un consumidor foodie
El consumidor hiperconectado ya no sólo hace referencia a los Millenials, sino que poco apoco están surgiendo los Digital Seniors. Personas mayores de 50 años que adoptan y se adaptan al mundo digital para obtener, entre otras cosas, información de los alimentos que les interesan.
Como dijimos en el artículo 2017 desde la perspectiva del consumidor del futuro, el consumidor hiperconectado hace que sea necesario pasar de la multicanalidad a la omnicanalidad. Este consumidor se encuentra menos vinculado con el concepto de «tienda única» en relación a la distribución de comestibles y recurre a diversas opciones online para llenar su cesta de la compra.
La oportunidad está en aprovechar todo este abanico de medios para interaccionar con el consumidor y proporcionarle una experiencia integral con el negocio digital, además de para atender su demanda.
Por otro lado, las nuevas tecnologías y redes sociales están llevando a una nueva concepción del consumidor foodie. Aquel que siente verdadero fervor por la gastronomía. Hablamos del “Eater_tainment” o experiencias alimentarias capaces de provocar emociones en los consumidores y que, además, se comparten en las redes sociales en busca de un consumidor con nuevos valores.
Al final, la experiencia del consumidor gana enteros y se sitúa en el epicentro de cualquier estrategia de marketing y desarrollo de producto. Conocer a fondo los nuevos estilos de vida es clave para generar experiencias positivas de consumo y ganar la fidelidad al producto o la marca.
Si usted necesita identificar de manera temprana conceptos, ideas y nuevos nichos de mercado o enfocar su innovación a la adaptación a las nuevas tendencias y estilos de vida, en AINIA podemos ayudarle.