En lo relativo a las impresoras 3D de alimentos predominan dos sentimientos contradictorios. Por un lado, un cierto escepticismo; por otro, una buena dosis de curiosidad por las posibilidades que la tecnología deja entrever. Se avecinan cambios en el desarrollo de nuevos productos de alimentación y en los hábitos y tendencias de consumo. La impresión 3D también va a influir en ellos. En el artículo abordamos el tema.
Hace más de dos años publicamos el artículo: “De los cartuchos de tinta a las cápsulas con ingredientes comestibles:Impresión 3D, la revolución” en que dábamos nuestra visión del potencial de la impresión 3D en alimentación y referenciábamos el caso de Natural Machines, una startup con sede en Barcelona que había lanzado al mercado la primera impresora 3D de alimentos en nuestro país y que vino a contarnos su proyecto, impulsada por su deseo de perfeccionar con I+D+i su producto. Meritoria ha sido la evolución de esta empresa y merecido su reconocimiento en BTA Emprende 2015. Recientemente, además, su intervención en Alibetopias 2016 ha sido de las más referenciadas, al demostrar ante un aforo selecto de empresarios el potencial de su tecnología en alimentación.
En el artículo: “Impresoras 3D, cómo están mejorando la salud y la alimentación”, publicado hace más de un año, indicábamos como el mercado de las impresoras 3D está preparado para un rápido crecimiento y que era previsible, según los informes que manejábamos, que para 2016 se duplicaran las ventas de impresoras 3D, con una estimación de sobrepasar los 5,6 millones de ventas en 2019.
Tal y como explicamos hoy con más detalle en el artículo: “Impresoras 3D de alimentos, una visión de futuro” la tecnología 3D comenzó siendo una herramienta al servicio de los ingenieros y se ha ido desarrollando, con el paso del tiempo, simultáneamente con los sistemas informáticos, la automática, el desarrollo de sensores y en definitiva el Internet de las cosas, hasta el punto de que hoy en día existe la posibilidad técnica, comercial y económica de la impresión de alimentos a la carta con sistemas cada vez más robustos y económicos.
En los hogares el uso de impresoras 3D de alimentos ya es una realidad. Por ejemplo, las impresoras para chocolates de Hershey´s o la de Choc Edge. También la impresora Foodini de Natural Machines que referenciábamos antes. Para el consumidor esta tecnología resulta atractiva ya que permite personalizar el producto con sus propios diseños, interactuando con una galería de gráficos 3D mediante su tableta. Pueden ver ejemplos de impresoras 3D de alimentos en este vídeo:
Se entiende por impresoras 3D o prototipado 3D una serie de sistemas que permiten la creación de modelos y estructuras tridimensionales mediante diferentes técnicas de inyección, extrusión, etc.
Esta tecnología se desarrolló principalmente en el entorno de la ingeniería de los materiales con el fin de reducir los tiempos y costes del desarrollo de moldes y estructuras tridimensionales necesarias en el proceso de diseño industrial.
Los sistemas de impresión 3D tienen en común con las impresoras digitales de nuestros ordenadores que mediante un interfaz adecuado permiten llevar al mundo físico un modelo digital desarrollado en nuestro ordenador y lo convierten en un objeto tridimensional, empleando para ello algún tipo de polímero, resina o aleación, dependiendo del sistema de modelado empleado.
Las tecnologías de impresión 3D, conocidas técnicamente como Additive Manufacturing (AM), van a influir en el modo en que fabricamos y también consumimos alimentos.
En realidad estamos hablando de robótica, y esto implica que las opciones válidas para automatizar los procesos de elaboración de alimentos son diversas, tanto si estamos considerando la alternativa de elaborar dichos alimentos en nuestros hogares, como si de lo que se trata es de automatizar y desarrollar fábricas inteligentes de alimentos.
Algunas de las limitaciones actuales de las impresoras 3D son un diseño poco robusto, un funcionamiento lento y un precio elevado, cuestiones en las que ya se está trabajando y que serán las primeras en estar resueltas, ya que la velocidad de producción, la mejora de su diseño tanto desde un punto de vista de versatilidad como de funcionalidad y de higiene se mejorarán rápidamente a medida que se generalice su producción y entren más actores a competir en el mercado. De la misma manera, también se reducirá su precio.
En cuanto a la disponibilidad de ingredientes y programas de recetas, a medida que aumente el mercado, más y más empresas de ingredientes ofrecerán sus productos bajo el formato de cápsulas o sistemas alternativos, de modo que la disponibilidad de ingredientes y recetas al alcance del usuario crecerá.
Quizá una de las mayores dificultades de este tipo de sistemas será dotarles de una mayor funcionalidad. ¿Podremos preparar verdaderamente una hamburguesa o un plato de pasta o un bistec o, en definitiva, un plato elaborado complejo, con el sabor, la textura, el olor y la apariencia obtenidos por métodos convencionales?
Quizá se pueda pronto cocinar al tiempo que se dosifica y algunos platos podrían prepararse de forma integral. Es posible que asistamos pronto al desarrollo de platos y formas nuevas que vayan sustituyendo a las formas convencionales, de igual modo que hace 200 años no se podía comprender la industria de los helados del siglo XXI porque no existía este concepto, ni existía el mercado de los chicles o el de las bebidas carbonatadas.
Sin embargo, las mayores potencialidades no están en el aporte finalista al consumidor, sino en el avance en un sistema interconectado global en el que la elaboración de alimentos esté deslocalizada, en el que las dietas se puedan personalizar, adaptándolas a cada u no de los individuos y sean máquinas inteligentes quienes se encarguen de su planificación y elaboración.
Las potencialidades principales de la impresión 3D para la industria alimentaria se concretan en los siguientes puntos:
Si le interesa el tema, le animamos a que lea: “Impresoras 3D de alimentos, una visión de futuro”, donde hemos intentado reflejar nuestro punto de vista en relación con la evolución de esta tecnología y en la medida de lo posible identificar las luces y sombras de la impresión de alimentos en 3D.
Igualmente, como expertos en I+D+i alimentaria nos encantaría colaborar con su proyecto y aportarle valor para que sus desarrollos se conviertan en realidad de mercado. Aspiramos a ser su aliado en innovación. Cuente con nosotros. Nuestra meta es contribuir con I+D+i a mejorar su cuenta de resultados.
José García (16 artículos)