El nexo de unión entre el entorno de la ciencia y la investigación, la industria y la sanidad es fundamental para desarrollar nuevos alimentos más saludables que den respuesta a los desafíos sociales actuales. Éste fue el objetivo de la Jornada de Innovación “Innovando en alimentación y salud”, de la que hoy extraemos un resumen de sus principales conclusiones, incluyendo un vídeo-resumen.
La alimentación saludable es una de las principales demandas del consumidor y también un desafío social. La industria alimentaria trabaja cada vez más en colaboración con los entornos médicos y sanitarios y también con los centros de investigación y desarrollo tecnológico. Sin embargo, para poder afirmar que un producto alimenticio forma parte de aquellos que entendemos como “alimentos saludables” el proceso de desarrollo y validación debe cumplir estrictos requerimientos legislativos. Todo esto quedó de manifiesto en la Jornada “Innovando en Alimentación y Salud” que hoy resumimos.
Curiosamente, aunque las palabras alimentos funcionales, nutracéticos y alimentos saludables forman parten del vocabulario habitual de consumidores e industria, actualmente no existe una norma, en el ámbito de la Unión Europea, que regule de manera específica lo que podríamos catalogar como “alimentos saludables”.
Durante la jornada “Innovando en alimentación y salud” descubrimos el marco jurídico aplicable y cuáles son los condicionantes relativos a la publicidad de los alimentos y su etiquetado.
Entre ellos, se destacó el Reglamento 1169/2011 cuyo texto recoge los principios sobre publicidad leal en los alimentos, entre los cuales se encuentra la prohibición reatribuir propiedades medicinales a los alimentos, que se matizan en lo relativo a la información voluntaria en el artículo 36 del citado Reglamento, el cual proscribe la publicidad que induzca a error al consumidor; que sea ambigua o confusa; , que no esté basa en datos científicos, cuando proceda
De la misma manera, repasamos las indicaciones legislativas referentes a las declaraciones nutricionales y de propiedades saludables recogidas en el reglamento Reglamento 1924/2006 y que entre otros aspectos incide en la prohibición de la divulgación de cualquier información que sea inexacta, ambigua o engañosa, pudiéndose considerar por engañosas a aquellas afirmaciones que atribuyan propiedades medicinales al producto sin razón o sin que se haya demostrado científicamente.
Cada uno de los grupos poblacionales tiene necesidades y requerimientos nutricionales y sensoriales diferenciados. Comprender los gustos y prioridades de los usuarios es una ventaja competitiva en el desarrollo de nuevos productos y una base imprescindible, sobre todo, cuando hablamos de diseñar alimentos específicos y enfocados a mejorar o mantener la salud de los diferentes grupos de población.
Así lo vimos durante la jornada, donde quedó patente la metodología a tener en cuenta en el diseño de este tipo de productos alimenticios y la importancia de consideraciones como:
Alimentación saludable, cómo validamos su funcionalidad
En la ponencia “Validación in vitro de la bioaccesibilidad y biodisponibilidad de compuestos bioactivos en matrices alimentarias”, los asistentes a la jornada tomaron conciencia de la importancia de los métodos in vitro disponibles en AINIA. Estos métodos se basan en simular una digestión gastrointestinal y entre ellos encontramos un gran exponente en el digestor dinámico “in vitro” de AINIA.
Estos métodos in vitro puede constituir una buena alternativa a los métodos in vivo ya que son métodos más rápidos, de menor coste y de fácil manipulación; con posibilidad de coger muestra en cualquier parte del tracto gastrointestinal; con mejor reproducibilidad que los estudios in vivo y no suponen limitaciones éticas.
Dicho métodos nos permiten:
Evaluación de la funcionalidad
La eficacia o efectividad de un alimento/ingrediente funcional se puede determinar:
Bajo el epígrafe “Validación in vitro de las propiedades funcionales de compuestos bioactivos en matrices alimentarias”, los asistentes a la jornada conocieron la base sobre la que trabajan los estudios “in vitro”. Mediante ellos se pretende determinar la funcionalidad de los alimentos saludables y el efecto biológico de un principio activo.
Entre ellos revisamos de manera destacable los estudios in vitro con cultivos celulares. Estos nos permiten reproducir estados fisiológicos a escala de laboratorio, en condiciones controladas y así elucidar el mecanismo de acción del compuesto. El efecto biológico se determina analizando los biomarcadores adecuados. Además, estos estudios aportan información de gran valor para acotar y definir los términos de estudios posteriores en animales y humanos.
Estudios clínicos de intervención en humanos
Todos los estudios a los que nos hemos referido hasta el momento, aportan información sobre el producto alimenticio, pero los estudios clínicos son imprescindibles para poder afirmar un posible efecto del alimento relacionado con la salud sobre el organismo humano e indicarlo en el etiquetado del producto alimenticio.
A este respecto nos habló la Doctora Carmen Gómez Candela, Jefe Unidad de Nutrición Clínica y Dietética del Hospital Universitario La Paz. Gracias a la cual conocimos las consideraciones necesarias para la puesta en marcha de un ensayo clínico.
Si desea conocer a fondo cómo AINIA le puede ayudar en el desarrollo de alimentos saludables y en su validación funcional, llámenos, estaremos encantados de colaborar con Ud.
Blanca Viadel (6 artículos)