La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha calificado la obesidad como la pandemia del siglo XXI. De hecho los estudios realizados por la OMS demuestran que el número de obesos en el mundo se ha duplicado en tres décadas. La industria alimentaria consciente de este problema, está apostando por nuevos productos con ingredientes funcionales que además de contar con un bajo aporte calórico, ayudan a disminuir el apetito aportando un efecto saciante, previniendo así el sobrepeso.
Determinados alimentos (frutas, hortalizas, caldos de verduras, etc.) incorporados en la dieta diaria pueden incrementar de forma natural la sensación de saciedad en el consumidor y ayudar a combatir así la obesidad.
En la actualidad la investigación y el desarrollo de nuevos productos están basados en diversas estrategias que abarcan desde la incorporación de ingredientes funcionales, hasta los alimentos tecnológicamente modificados.
Inhibir el apetito se ha convertido en una de las áreas primordiales dentro de los productos denominados “weight-management-products” cuyo fin es controlar el peso. Grandes compañías lácteas y de cereales están comercializando una gran variedad de productos como complementos dietéticos cuyo principal objetivo es generar la sensación de saciedad en el consumidor. Snacks salados como suplementos dietéticos, barritas saciantes como sustitutivo de comidas, productos lácteos para evitar picar entre horas, incluso dulces como bombones de chocolate que quitan el apetito y proporcionan un gran placer. ¿Cómo logran estos productos producir una sensación de saciedad?
Los alimentos saciantes se han convertido en una clara alternativa a la hora de suprimir el apetito, controlar el peso y cuidar la alimentación. Estos productos están generando nuevas e importantes oportunidades de negocio en el mercado. En ainia fomentamos la investigación en este ámbito, siendo un ejemplo de ello la colaboración con Leatherhead Food Research de Reino Unido en un proyecto de investigación sobre la incorporación de ingredientes saciantes en los alimentos. El objetivo: aumentar la viscosidad de dichos ingredientes cuando entran en contacto con el pH del estómago y de esta forma incrementen la sensación de saciedad en el consumidor.
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