Puesto que los bacteriófagos son los enemigos naturales de las bacterias, pronto se empezó a considerar la posibilidad de utilizarlos para combatir enfermedades. De hecho, fue en la antigua Unión Soviética, durante los años 40 del siglo XX, donde se empezó a investigar en terapias basadas en fagos como alternativa al uso de antibióticos. Posteriormente, desde la última década del siglo XX y hasta nuestros días, distintos grupos de investigación han venido estudiando esta alternativa biotecnológica, obteniendo grandes avances en lo que se refiere al uso de fagos aplicados a la industria de alimentos.
Hasta la fecha, los estudios realizados en este sentido han dado lugar a resultados muy positivos en el control del E.coli, Salmonella y Listeria monocytogenes, y se espera que en el futuro permitan el control de un número creciente de patógenos presentes en los alimentos.
Desde nuestro análisis especializado a nivel europeo e internacional, existen cuatro ejemplos muy interesantes en el campo de la investigación y el desarrollo tecnológico de aplicaciones de fagos para el biocontrol de patógenos en alimentos:
• Hay un trabajo muy reciente en el que se han aislado hasta 43 fagos distintos, capaces de atacar distintas cepas de Campylobacter coli y jejuni, lo que supone un gran potencial de uso en seguridad alimentaria. Hay que tener en cuenta que el Campylobacter jejuni es una de las especies de Campylobacter más frecuentemente aislada y responsable de infecciones entéricas. Hay un gran número de investigaciones que reportan fagos capaces de atacar a esta bacteria, pero este trabajo es el más interesante.
• Durante la última década, también se ha trabajado profusamente en el aislamiento y producción de fagos capaces de atacar a distintas cepas de Salmonella, limitando las opciones de supervivencia de Salmonella en sus procesos de colonización al reducir su adhesividad y posibilidades de fijación en el organismo.
• Otro ejemplo de aplicación tecnológica de fagos a la seguridad alimentaria se corresponde con la identificación y producción de fagos contra el Streptococcus suis asociado con la producción de carne de cerdo, aunque en este caso aún no existen productos en el mercado.
• La aplicación de fagos contra Listeria monocytogenes es una de las líneas más avanzadas, tras el reconocimiento en 2006 por la FDA de un producto comercial basado en fagos.
Fuente: News Discovery.com
En general la tendencia actual, en relación con este tipo de productos, es continuar aceptándolos de manera generalizada, como ha sucedido en Estados Unidos y Suiza, o al menos como es el caso de la EFSA en la Unión Europea, comenzar su estudio como paso previo a su autorización.
No obstante, existen dos cuestiones que deben ser tenidas en cuenta: Por un lado, se precisa un conocimiento profundo de los mecanismos de acción de los fagos en su ataque al huésped (las bacterias) y, por otro, se deben reducir al mínimo las posibilidades de adaptación y resistencia del huésped al fago y la estabilidad de dicho fago frente a posibles mutaciones.
Los fagos están de forma natural y en todo momento presentes en la naturaleza y el ser humano y los animales los consumen al ingerir agua y alimentos todos los días. Esto implica que en principio no hay razones para considerarlos inseguros o potencialmente peligrosos para la salud. Si bien esto no es suficiente para lanzarlos al mercado sin más y lógicamente se deben realizar todas las comprobaciones necesarias antes de su producción industrial, sí que se puede aceptar que en principio son unos candidatos adecuados para su uso generalizado puesto que su producción no incorpora al medio ambiente un riesgo biológico adicional, ni es previsible que tenga efectos nocivos contra las personas o los animales.
En AINIA estamos trabajando en una línea de I+D orientada a la búsqueda de soluciones de biocontrol basadas en bacteriófagos porque consideramos que su futuro es prometedor en el corto y medio plazo. Si está interesado en el tema, contacte con nosotros.
AINIA (1569 artículos)