La demanda de productos naturales y libres de químicos es cada vez mayor. El desarrollo de la White Biotechnology permite hoy el empleo de diversas técnicas biotecnológicas para la obtención de principios activos para alimentación: Starters de fermentación, probióticos, pigmentos, ácidos grasos poliinsaturados (PUFAS), compuestos bioactivos… Es una de las tecnologías más prometedoras para la innovación en productos y procesos agroalimentarios en el contexto de los próximos años.
Mediante la bioproducción de microorganismos, biosíntesis de metabolitos y la biocatálisis de materias orgánicas es posible obtener una gran variedad de productos. Todas estas técnicas se enmarcan en la llamada “White Biotechnology”, una de las tecnologías más prometedoras para el desarrollo de la I+D en producto y proceso de un amplio número de sectores, entre otros el alimentario y el de aditivos e ingredientes.
Los principales principios activos que podemos obtener mediante la bioproducción de microorganismos para su aplicación en alimentos son:
Los procesos de bioproducción permiten obtener aditivos e ingredientes naturales personalizados.
Frente al uso generalizado de cultivos iniciadores comerciales y la estandarización de los sistemas productivos, la consecuencia es que un amplio número de productos de una misma categoría presentan perfiles organolépticos similares. Ante esto, la apuesta por este tipo de tecnologías en empresas líderes está aportando un valor diferencial a sus vinos, encurtidos, panes o bebidas, especialmente en gamas de selección para mercados gourmet y de elevada exigencia organoléptica.
Tras aislarse de fuentes naturales y caracterizarse, pueden producirse de forma masiva para ser aditivos de alimentos saludables.
Se pueden bioproducir microorganismos en condiciones controladas para obtener aminoácidos potenciadores del sabor (glutámico, aspártico); aminoácidos antioxidantes (triptófano, histidina); vitaminas (Vit B12, Vit B2); beta-carotenos (provitamina A); ácido ascórbico (Vit C) y antibióticos y péptidos antimicrobianos (penicilinas, bacteriocinas).
El uso de bacterias o microalgas permite producir ácidos grasos omega-3 a un coste competitivo y con ausencia de olores o aromas derivados del proceso de extracción. Son una alternativa al aceite de pescado.
La toxicidad de algunos pigmentos sintéticos ha incrementado la demanda de pigmentos de origen natural. En este caso levaduras, bacterias y microalgas pueden sintetizar carotenoides. Algunos ejemplos son:
- Levaduras rosas: Rodothorula, Paffia
- Microalgas: C. zoofingiensis, H. pluvialis
Permiten obtener moléculas bioactivas a partir de matrices complejas. Un ejemplo es la obtención de péptidos bioactivos a partir de fuentes proteicas complejas.
Los bioprocesos pueden utilizarse tanto en el sector alimentario como en otras aplicaciones como la cosmética, la agricultura, etc.
Como co-productos y productos intermedios industriales, se pueden utilizar restos orgánicos de producción sólidos y líquidos, con alto contenido en azucares, fuentes de carbono o proteínas.
Generalmente requieren un tratamiento enzimático para adecuar la fuente de carbono o nitrógeno a las necesidades del microorganismo
Se pueden utilizar microorganismos adaptados a dichas materias primas (microbiota autóctona) y se evalúa su capacidad de producción de sustancias de interés industrial.
En AINIA tenemos amplio conocimiento en estas tecnologías, un equipo de investigadores experimentado, así como equipos e instalaciones avanzadas para el desarrollo y aplicación industrial de todas las técnicas enmarcadas en la “White Biotechnology”, desde el diseño del proceso inicial, al escalado industrial, en este vídeo se lo contamos.
Si su empresa desea desarrollar un microorganismo de aplicación en alimentos, contacte con nosotros, podemos ayudarle.
Ana Torrejón (12 artículos)