La universalización de las TICs y los smartphones está cambiando la forma en la que compramos alimentos. Como personas hiperconectadas, tenemos acceso desde múltiples dispositivos a un nivel altísimo de información de forma constante y permanente. Nuestras conversaciones online nos permiten compartir y escuchar opiniones de otras personas y compartir con ellas nuestras experiencias sobre los productos que compramos y consumimos. Todo ello está haciendo cambiar no solo nuestros hábitos de compra, también las percepciones y creencias sobre los alimentos. Lee el artículo y conoce más.
De acuerdo en el estudio realizado por Mintel “The impact of connectivity on grocery purchases”, el consumidor actual se caracteriza por una serie de elementos relevantes.
Por un lado, desconfía de la comida industrialmente procesada, a veces como consecuencia de una carencia de información rigurosa y especialmente de todo aquello relacionado con aditivos. Además, es un consumidor hiperconectado que tiene acceso ilimitado y desde múltiples dispositivos a la información, una información que que al mismo tiempo que la consume la genera, compartiendo su opinión sobre los productos que consume o desea adquirir. A esta realidad debemos unir el interés por la dieta personalizada y la necesidad de disponer de herramientas que permitan confeccionarla (recetas, experiencias de prueba…).
Está aumentando significativamente el e-commerce de alimentos. De hecho, y según el informe Mintel, casi la mitad de los consumidores del Reino Unido compraron alimentos por este canal. En la Unión Europea, los principales compradores de alimentos online son los millenials y los motivos que justifican esta preferencia son fundamentalmente cinco:
En el ámbito nacional, los datos son realmente significativos en el último año. Así, por ejemplo, el crecimiento de las compras online en nuestro país en 2016 fueron un 76,8 por ciento superiores al mismo periodo del año anterior.
Ante esta realidad, se están produciendo avances y desarrollos para mejorar la experiencia de usuario en el e-commerce de alimentos. Cada vez encontramos más APPs que ayudan desde el móvil a confeccionar la lista de la compra, añadir productos a los carritos digitales utilizando el micrófono del móvil, aplicaciones que reducen el tiempo que transcurre entre la idea de la compra y el hecho de realizarla o el tiempo de entrega.
Los consumidores están subiendo su nivel de exigencia en lo que respecta a alimentos naturales y saludables. Revisan las etiquetas y someten la lista de ingredientes a un férreo escrutinio.
Las marcas han entendido que la información de sus productos debe ir más allá de la propia etiqueta y facilitan a los consumidores información más detallada a través del móvil. Surgen así aplicativos para facilitar los controles rápidos de ingredientes y valores nutricionales, al mismo tiempo que se crean plataformas online para conectar al consumidor con productores de alimentos alineados con los valores que busca (productos ecológicos, productores locales, gourmet o Premium...).
Las nuevas tecnologías están facilitando al consumidor encontrar productos adaptados a sus necesidades personales. Productos libres de gluten, aquellos especialmente adaptados a los veganos o los que están especialmente pensados para dietas específicas, se acercan al consumidor a través del móvil e Internet.
Del mismo modo, las nuevas tecnologías sirven de palanca para la adopción de estilos de vida más saludables y el control del peso. Así, encontramos aplicaciones móviles que hacen las veces de entrenador personal o marcas que ponen a disposición de sus consumidores servicios de coaching dietético.
Con una media de un post cada 24 segundos en torno al consumo de alimentos en EEUU; las redes sociales están llevando a cabo una nueva tarea evangelizadora entre los consumidores. Y además contamos lo que nos gusta a las personas que interaccionan con nosotros y documentamos con fotos nuestras experiencias con la comida.
Esta tendencia está siendo aprovechada por las marcas con la intención de favorecer el compromiso de los consumidores con sus productos e incluso involucrarlos en el proceso de innovación. Las posibilidades van desde la conversación ágil y en tiempo real en comunidades virtuales, en las propias redes sociales, en aplicaciones interactivas guiadas… El big data se convierte hoy en un paso necesario en los procesos de co-creación.
La relación calidad-precio continúa siendo un driver fundamental en la toma de decisiones de compras de alimentos. Las nuevas tecnologías permiten a los consumidores hacer comparativas de precios online, posibilitando al consumidor encontrar el precio más barato para un producto concreto. De hecho, según el informe Mintel, casi la mitad de los consumidores del Reino Unido utilizan sus teléfonos en la propia tienda para comprobar los precios en otro lugar.
El proyecto europeo ASSET , enmarcado en el programa “Collective Awareness Platforms for Sustainability and Social Innovation”, tiene como objetivo mejorar el consumo responsable y sostenible de alimentos a través de una solución digital que ayude en la toma de decisiones en el momento de realizar la compra.
La aplicación móvil que se ha desarrollado y está en fase de pruebas proporciona al consumidor una guía de compra útil y personalizada, capaz de tener en cuenta sus actitudes, intereses personales y necesidades, al mismo tiempo que lo relaciona con información fiable de los productos.
En este sentido, AINIA ha liderado la construcción de una base de datos de producto con más de 10.000 referencias de distintas fuentes en las que se ha incluido información múltiple (nutricional, de ingredientes, de etiquetado, sobre el origen del producto…), con el objetivo de su categorización según las preferencias de los usuarios. Para hacerla operativa y práctica para el consumidor, se ha trabajado con tecnologías semánticas y de inteligencia artificial en la categorización de los productos.
Asimismo, y mejorando la experiencia de compras, la plataforma permite localizar la posición del consumidor dentro de la tienda a través de un sistema de localización basado en beacons que permite recomendar solo aquellos productos que están cerca del consumidor, facilitando la usabilidad del aplicativo.
Paralelamente, la herramienta posibilita la recogida y gestión de la información proporcionada por el usuario, construyendo con ella una plataforma colaborativa de conocimiento colectivo para el consumo cooperativo y responsable, para lo que se han utilizado las redes sociales y un sistema de recogida de información en la nube “nervousnet”.
Coordinado por el Centro Tecnológico de Linz de Austria, Alimerka y AINIA Centro tecnológico forman parte del consorcio de empresas que colaboran en el proyecto. Además, participan en el proyecto ASSET VKI (Austria), la Universidad de Zurich, Fastline (Alemania) y Coop (Estonia).
Contáctenos si usted está interesado en conocer más acerca del proyecto ASSET o pregúntenos sobre cómo el nuevo paradigma propio de la Industria 4.0 relaciona estrechamente las TICS y la compra de alimentos. Le ayudaremos a conocer cómo las nuevas tecnologías pueden ayudar a su marca a llegar hasta el consumidor hiperconectado y adaptarse a esta nueva realidad de mercado.
Walter Moncho (12 artículos)