El uso de técnicas ómicas puede por tanto mejorar la calidad de los alimentos, la seguridad alimentaria y como consecuencia repercutir positivamente en la salud pública.
La utilización de técnicas ómicas puede ampliar el alcance de los planes de muestreo y puede aumentar la detección de una amplia gama de problemas, incluidos la detección de alergenos, patógenos, la detección de focos de infección y sus fuentes, resistencia a antibióticos, presencia de toxinas, etc.
Gracias a estas técnicas, se pueden generar mejores herramientas para rastrear cepas bacterianas específicas hasta su origen y nuestra comprensión de estos patógenos puede mejorarse para prevenir futuros eventos de contaminación. Las técnicas ómicas amplían la gama de información que se recopila de un solo sistema.
Modera. Begoña Ruiz, Jefa del departamento de Biotecnología, AINIA.
Resultados del proyecto LEGO (Learning Genomics for Food Safety), proyecto que pone el acento en un plan de estudios profesional innovador e interdisciplinario, dedicado a la Bioinformatica de la microbiología de alimentos. La creación de este nuevo perfil permite afrontar los nuevos retos de la investigación en el campo de la genómica aplicada a la seguridad y calidad alimentaria.