• el etiquetado,
• los aditivos que podemos incorporar,
• los contaminantes que han de ser controlados,
• los límites de residuos de plaguicidas,
• las características cualitativas de los alimentos,
• los materiales en contacto con los alimentos,
En definitiva, antes de cualquier operación de carácter internacional con un producto alimenticio, debemos estar en condiciones de conocer perfectamente el escenario de operaciones al que nos dirigimos.
La lista de elementos a contemplar en cualquier operación de comercio internacional de alimentos es larga. Además, el tema se puede complicar muchísimo si consideramos también el escenario en cuanto a los requisitos legales de cada uno de los países de destino.
Debemos ser conscientes de la diversidad regulatoria con la que nos vamos a encontrar, si bien la Unión Europea de los 28 facilita bastante el trabajo en el ámbito intracomunitario, es cierto que debemos estudiar y conocer al detalle la regulación de la FDA en Estados Unidos, la normativa de MERCOSUR si nos dirigimos a algunos países de Sudamérica y así sucesivamente con los distintos destinos geográficos que planteemos para nuestros productos alimenticios.
En el comercio internacional de alimentos uno de los puntos críticos es el del etiquetado, no siendo el único de los elementos de la legislación alimentaria internacional que pueden dar al traste con una operación de exportación de alimentos. Por este motivo, es primordial un análisis previo a la exportación en cuanto al cumplimiento de la legislación aplicable en materia de etiquetado para nuestros alimentos.
Así, nada tiene que ver un etiquetado acorde con la legislación Unión Europea, con un etiquetado para un producto destinado a los Estados Unidos o China. Como ejemplo, contemplemos de manera comparativa la tabla del etiquetado nutricional exigida en la Unión Europea con la tabla del etiquetado nutricional exigida en Estados Unidos, y podremos hacernos una idea de lo que estamos apuntando.
Siendo el etiquetado un punto crítico, no es menos importante y trascendente el control de los ingredientes que vamos a emplear, dado que sin una revisión exhaustiva en esa línea podríamos encontrarnos con el bloqueo de nuestros productos en la aduana del país de destino.
Por tanto, nuestra recomendación es hacer un análisis legislativo tanto desde el punto de vista del etiquetado como de los ingredientes que conforman el alimento, para de esta manera minimizar los riesgos para comercializar nuestros alimentos en terceros países.
El control de los ingredientes es fundamental, dado que podemos encontrarnos en situaciones comprometidas por no verificar los ingredientes, por ejemplo los aditivos alimentarios autorizados en la UE no son exactamente los mismos que en Estados Unidos o Canadá y por lo tanto debemos asegurarnos que el uso para el que se plantean es adecuado al país de destino.
El sector alimentario se caracteriza por su gran dinamismo e incesante actividad comercial en todo el mundo, por ese motivo es fundamental enlazar adecuadamente la legislación alimentaria y el comercio internacional. Somos conscientes de que la legislación alimentaria internacional está en constante cambio y evolución, por ello es crítico para todas las empresas alimentarias con vocación internacional conocer y saber aplicar adecuadamente la legislación alimentaria en cada caso para garantizar el éxito de sus operaciones internacionales, tanto si exportan alimentos como si importan materias primas con las que elaboran sus productos. Si tiene necesidades en este área, en AINIA podemos asesorarle.
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